Las costas de Francia y España son las madres de nuestra materia prima: El aceite de oliva. A partir de éste hemos aprendido a generar diferentes especialidades para el cuidado de la piel con plantas medicinales.
El trabajo cotidiano, el esfuerzo y dedicación para crear nuestros productos tienen la recompensa de la tierra: Brindarnos sus más exquisitos frutos.